Su nombre se refiere, en la lengua shangaan local, al antílope sable negro, un extraordinario animal de gran alzada, cabeza similar a la del macho cabrío y característico pelaje negro que mezcla, en su cara, con franjas de color blanco. Su fama se debe a las posibilidades que ofrece de avistar, en un tiempo mínimo, los big five, los cinco grandes mamíferos de la sabana, y al exquisito, delicado cuidado con el que Mala Mala trata a sus exclusivos clientes en uno de los parajes más salvajes de África. La primera vez que estuve en Mala Mala acababan de colgar un par de fotos polaroid en la recepción dos de sus últimos huéspedes: los cantantes Rod Stewart y Elton John. Entonces, como ahora, la reserva ofrecía tres posibilidades de alojamiento: el campamento central, Mala Mala Main Camp, formado por 18 cabañas junto al restaurante, la tienda y el resto de instalaciones comunes, y otros dos campamentos estratégicamente situados junto al río: Sable Camp, con sus siete suites rodeadas por formidables árboles, y Rattray’s on Mala Mala, que ofrece ocho khayas, cabañas de caoba africana situadas en lo alto de una colina. Entonces los campamentos tenían otros nombres y las cabañas más lujosas eran las del campamento central, pero ahora es posible que no quepan distinciones: el lujo no conoce grados y la organización del campamento en áreas diferentes solo responde a la intención de crear el mínimo impacto posible en el área circundante. ... Leer más