Vie. Abr 26th, 2024

Quien tiene una clínica de fisioterapia de referencia, en realidad, tiene un tesoro.

Con el ritmo de vida actual, cada vez es más complicado seguir el día a día sin que el cuerpo tenga achaques.

La llegada del deporte a las rutinas diarias ha sumado movimiento y salud a la sociedad ya que uno de los grandes males es, precisamente, el sedentarismo.

Sin embargo, las largas jornadas sentados, más el desafío de los entrenamientos, están también llenando las consultas de traumatología ante cargas musculares y problemas de tendones que, también, podrían tratarse directamente en manos de la fisioterapia.

¿Cuáles son las 3 lesiones que un fisio puede aliviar?

En primer lugar, la sobrecarga muscular. Un mal movimiento, una mala postura, el frío o exceso de ejercicio pueden acabar provocando que los músculos se contraigan para protegerse con las fibras de su entorno.

Esta situación, que es bastante dolorosa, puede ser tratada gracias a la pericia y experiencia del fisioterapeuta, que será capaz de ir descargando la musculatura y colocando, en caso de necesidad, el mismo en su entorno para que la presión se reduzca considerablemente.

En segundo lugar, los esguinces son otra de las lesiones más habituales que se tratan en las clínicas. El estiramiento o desgarro de ligamentos produce una molestia que incluso a veces requiere inmovilizarse durante unos días. En realidad, en manos de un profesional los ligamentos irán volviendo a su ser. Es necesario curarlos adecuadamente para que no sea una lesión ni crónica ni repetitiva y su tratamiento siempre será a través de masajes y manipulación que puede ser complementada con aparatología.

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Finalmente, para los postoperatorios, es interesante, tal como explican en Corpore Fisioterapia, una clínica de fisioterapia en Bilbao, contar con especialistas capaces de hacer drenajes linfáticos manuales que ayudan a reducir la inflamación, mejoran la circulación y colaboran a una mejora en la recuperación.

Todos estos tratamientos están pensados para mejorar el bienestar, reducir el dolor, ayudar con una reeducación postural y, sobre todo, para evitar lesiones que acaben siendo crónicas y se compliquen con el paso del tiempo.