Vie. Abr 26th, 2024

Con la rutina ya establecida y el otoño en marcha es momento de empezar a poner en orden todas las cosas que el verano ha dejado en stand by.

Las consultas médicas empiezan a llenarse de pacientes dispuestos a hacerse los chequeos y, también se reservan citas en los dentistas.

Basta echar un vistazo a una clínica dental en Barcelona para ver cómo los padres se acercan a preguntar cuándo es el momento idóneo para comenzar, si fuera necesario, un tratamiento de ortodoncia en sus hijos.

“Dependiendo de cada caso y necesidad concreta, lo ideal es comenzar la ortodoncia tan pronto como sea posible. Aunque siempre se ha recomendado esperar a tener todos los dientes definitivos, dependiendo de la gravedad del caso, se puede plantear comenzar a trabajar con ortodoncia desde los 7 años cuando ya han cambiado algunas piezas y se pueden comenzar a recolocar y a buscar huecos que faciliten la transición de los molares” comentan los expertos.

La mordida torcida o cruzada, la asimetría ósea o la respiración bucal pueden ser algunos de los casos por los que se plantee una ortodoncia en Barcelona, pero no los únicos.

Además, cada caso es particular. No necesariamente sería necesario acudir a los brakets fijos sino que hay opciones removibles en caso de que el tratamiento así lo permita, haciendo mucho más sencillo el uso para los más pequeños aunque la velocidad del tratamiento no sea tan ágil como con los fijos.

Por suerte, la sociedad española ya tiene claro que las revisiones dentales son necesarias, con lo que los niños acuden al dentista pronto para revisar el proceso de crecimiento de las piezas definitivas, pudiendo así los dentistas y ortodoncistas dar seguimiento y detectar de manera precoz la necesidad de tratamiento para casos concretos que necesitan de actuación también en edad temprana.

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Un diente que no sale pese a que la pieza de leche cayó, un diente que sale pese a que la pieza de leche no cayó, dientes torcidos o apiñamiento, mala mordida o una mala posición y postura de la lengua pueden ser solo algunos de los motivos para esa primera visita, pero aunque así no sucediera, no está de más que los niños tengan pronto su primer contacto para aprender, por ejemplo, a lavarse de forma correcta los dientes evitando futuras caries.