– Según el último Informe sobre los mercados de cocaína y metanfetamina de la UE elaborado por el Observatorio Europeo de Drogas y Europol

– El mercado de cocaína está «en expansión» en el continente y el de metanfetamina, «en constante crecimiento», con productos «cada vez más peligrosos»

BRUSELAS/MADRID, 06 (SERVIMEDIA)

España, Bélgica, Holanda y Francia se incautaron de más de 240 toneladas de cocaína en 2021, cifra que supone 25 toneladas más que las aprehendidas en toda Europa en 2020, año que ostentaba el récord anterior con 214,6 toneladas y un 6% más que el ejercicio precedente.

Así lo refleja el último Informe sobre los mercados de cocaína y metanfetamina de la UE presentado este viernes en Bruselas por el Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías (OEDT) y Europol y que alerta de la existencia en Europa de un «gran» mercado de cocaína que está «en expansión» y un mercado de metanfetamina «reducido, pero en constante crecimiento».

En concreto, en 2021 en España se aprehendieron 56 toneladas de cocaína, cuando en 2020 fueron 37 en el marco de 35.240 incautaciones; en Bélgica, 92 toneladas por 70 en 2020; en Países Bajos 73, con 24 más que el año previo y en Francia, más de 19.

El informe advierte de un aumento de las actividades de producción en Europa y de la «colaboración» entre grupos delictivos especialmente de Europa y Latinoamérica, que está «expandiendo el mercado y creando nuevas amenazas a la seguridad». Además, denuncia la «amenaza» que supone la innovación en los procesos de producción y los precursores químicos, así como de una gama «cada vez mayor» de productos que pueden ser «peligrosos».

COCAÍNA

Por lo que respecta a la cocaína, es la segunda droga ilegal más consumida en la UE después del cannabis, con un valor de mercado al por menor estimado en 10.500 millones de euros en 2020. En 2021, unos 3,5 millones de europeos de 15 a 64 años consumieron la droga en el último año, el 77% de los cuales se concentraron en Francia, Alemania, Italia, Países Bajos y España, y 14 millones, alguna vez en su vida.

Aunque su consumo sigue «concentrado» en el sur y el oeste de Europa, el mercado «parece estar extendiéndose hacia el este», según ambas agencias, que recordaron que la mayor parte de la cocaína que consumen los europeos se sigue produciendo en Colombia, Bolivia y Perú. La mayor parte de la decomisada en el continente llega en contenedores de transporte marítimo y los puntos de entrada de alijos se están «diversificando», con mayores cantidades incautadas en puertos de Europa del este y Turquía.

Europa es también zona de destino y tránsito de esta sustancia hacia Oriente Medio y Asia y la disponibilidad de grandes cantidades de cocaína base y de pasta de coca crea un «riesgo» de aparición de nuevos productos de cocaína fumables en los mercados de consumo europeos, lo que, según este informe, «supone un riesgo considerable para la salud y la sociedad» y constituye un motivo de «preocupación».

METANFETAMINA

En cuanto a la metanfetamina, la droga estimulante sintética más consumida del mundo, sigue desempeñando un papel «relativamente pequeño» en el mercado de drogas europeo, si bien este último análisis muestra la «creciente amenaza» que supone en la región, que también es zona de destino y tránsito de esta droga con destino a Asia y Oceanía.

Asimismo, la industria de esta sustancia en Afganistán representa una «amenaza» para la UE, debido a los precios «competitivos» y la utilización de las antiguas rutas de tráfico de drogas hacia Europa, según el informe, que, a largo plazo, augura una «expansión constante del mercado».

Entre 2010 y 2020, el número de incautaciones de metanfetamina en la UE aumentaron casi un 107%, pasando de 3.000 a 6.200 aunque en 2019 fueron 6.500, mientras que las cantidades incautadas crecieron en un 477%, hasta alcanzar las 2,2 toneladas antes de la pandemia, de las cuales en España se aprehendieron 78 kilogramos.

Si bien su consumo se ha concentrado históricamente en Chequia y Eslovaquia, éste se está «extendiendo» por otros países y, según los últimos análisis de las aguas residuales europeas, también está presente en Bélgica, Chipre, en el este de Alemania, España, Turquía y varios países del norte de Europa.

Por lo que se refiere al impacto de la pandemia, estas agencias europeas consideran que la crisis no ha impedido que los mercados de ambas sustancias «hayan seguido evolucionando» y afirman que los traficantes «se adaptaron rápidamente utilizando nuevos métodos», como servicios de mensajería encriptada, aplicaciones de redes sociales o entregas a domicilio.

A la luz de los resultados, el director del OEDT, Alexis Goosdeel, explicó que Europa se enfrenta a una «amenaza creciente» derivada de un mercado de drogas «más diversificado y dinámico, impulsado por una colaboración más estrecha entre las organizaciones criminales europeas e internacionales» y urgió a ser «aún más sensibles a las señales del mercado» y a «invertir en una mayor acción coordinada» a nivel internacional.

En la misma línea, la directora ejecutiva de Europol, Catherine De Bolle, aseveró que el comercio de drogas ilegales «sigue dominando los delitos graves y la delincuencia organizada en la UE», habida cuenta de que cerca del 40% de las redes delictivas notificadas a este organismo que operan a escala internacional «están activas en el tráfico de drogas». «La lucha contra este comercio ilegal es una prioridad fundamental para Europol y para la UE», espetó, convencida de que el análisis presentado este viernes resulta «crucial para formular respuestas policiales eficaces».