Vie. Abr 19th, 2024

Nebraska cierraQuien no haya probado las tortitas o los perritos calientes de Nebraska, ya poco podrá hacer. Eso sí, se habrá perdido uno de los grandes manjares gastronómicos de una cadena histórica que acaba de echar el cierre tras 60 años abriendo la puerta a un tipo de establecimiento concurrido por la clase media y alta de la capital española.

La franquicia, cuya propiedad era de los Hermanos Nebraska Blanco, ha sido adquirida por más de 14 millones de euros por un fondo vinculado a Corpfin Capital Real Estate, que ha finalizado el proceso con el cierre de los establecimientos que quedaban en Bravo Murillo, Goya, Gran Vía y Alcalá.

Más allá de echar el cierre a uno de los establecimientos mása alabados de estas zonas, donde las meriendas eran ya un clásico después de más de medio siglo, hay que lamentar 90 puestos de trabajo que, con la clausura, también engrosarán las listas del paro.

Entre los motivos alegados por el Grupo Nebraska Blanco Hermanos, fueron las cuentas, que resultaban insostenibles y cuyo conocimiento ya estaba también entre el personal, informado de la venta de la cadena desde el pasado 27 de diciembre.

Lo cierto es que con el cierre echado, son muchos los establecimientos emblemáticos madrileños que van desapareciendo, dejando por ejemplo una de las calles más castizas, Gran Vía, repleta de franquicias de moda, pero sin algunos establecimientos que fueron históricos en la capital y que eran reclamo de una época dorada en la que Madrid lucía como pocas gracias a los mismos. Son pocos los que han conseguido sobrevivir a la pérdida de la vida del barrio de siempre, los que han tenido que sucumbir a lo que viene, mucho más despersonalizado y que no habla ni del alma ni del corazón de una ciudad que siempre resurgió de sus cenizas.

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