Jue. Mar 28th, 2024

MADRID, 03 (SERVIMEDIA)

La Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap) destacó este viernes que en 2019 siete menores de 15 años se suicidaron en España, una cifra que se duplicó en 2020 con el comienzo de la pandemia y que siguió en aumento en 2021 con 221, tal y como se puso de manifiesto en el 19º Congreso de esta sociedad científica que se celebra en Madrid hasta el 4 de marzo.

Los expertos señalaron que, aunque estos casos son extremos, constataron un aumento de las autolesiones y, en general, la salud mental de los adolescentes ha empeorado en los últimos años, según lo destacaron en la mesa redonda inaugural del 19º Congreso de la AEPap.

Los pediatras mostraron su preocupación por el aumento de las consultas por temas de autolesión, ya que se estima que el 70% de los trastornos de salud mental comienza en la etapa infanto-juvenil.

En este sentido, la pediatra y moderadora de la mesa redonda, la doctora Margarita Sánchez Calderón, subrayó «el aumento de las demandas por estas patologías tanto en Atención Primaria como en especializada y urgencias».

De hecho, el responsable de la consulta de Pediatría General, Social y Adolescentes del Hospital Universitario de Torrejón, en Madrid, el doctor Jorge Olivares, remarcó que en el caso del primer nivel asistencial, «los problemas de conducta, fracaso escolar, trastornos de conducta alimentaria, ansiedad y autolesiones» son los asuntos relacionados con la salud mental más presentes en las consultas.

CONSULTAS FRECUENTES

El especialista añadió que las consultas más frecuentes de pacientes de esta edad corresponden a «traumatismos, procesos infecciosos, o revisiones y vacunas correspondientes a este período de la vida».

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Además, la doctora Sánchez Calderón apuntó que es crítico vigilar la salud mental en la infancia y en el paso a la adolescencia, pues la incidencia de problemas mentales aumenta a partir de los 12 años. El paso de la consulta de Pediatría de Atención Primaria a la de Medicina de Familia a los 14 años en estos niños y niñas «puede suponer un problema por la pérdida de continuidad».

Por ello, el pediatra de Atención Primaria es clave para vigilar las conductas de los adolescentes, pues es el profesional más cercano y, en esta etapa, «es difícil establecer la línea que separa lo que se considera sano de lo que se considera patológico», indicó la experta.

Por ejemplo, continuó, «la tristeza, irritabilidad, preocupación por la imagen corporal, cuestionar las normas sociales o familiares, la dificultad para controlar el uso de aparatos tecnológicos, son conductas que serán patológicas si son tan frecuentes que ocasionan una incapacidad para el disfrute, ataques de pánico, cambios drásticos del peso, problemas de adicciones. En resumen: conductas que interfieran en el funcionamiento habitual del adolescente».

Por todo ello, los pediatras reclamaron tiempo en las consultas para mejorar la coordinación con los orientadores escolares y profesionales de la salud mental.