Como ya viene siendo habitual, son las encuestas del CIS las que acaban marcando o alumbrando cuáles son las preocupaciones más relevantes de la población española.

Según el barómetro del mes de septiembre, pese a que el paro sigue siendo el primero de los problemas a solucionar en la percepción de la población, los políticos han pasado a ostentar el puesto de bronce en la mente de los españoles.

Muy ligado a esto, la corrupción y el fraude ostenta el segundo lugar entre las preocupaciones de los encuestados, cuya toma de información se realizó a principios de mes.

Sin duda, echando una visión a la situación política actual española, no es de extrañar que entre los primeros problemas de nuestro país se encuentre la clase política.

Los últimos acontecimientos de los que se ha sido testigo, no sólo a nivel nacional sino internacional, hacen presagiar que nuevamente habrá un retroceso en la credibilidad de la inversión que debería estar llegando ya a nuestras fronteras. Las crisis de partidos, la falta de gobierno y las contradicciones tanto a nivel autonómico como nacional hacen que, la imagen que proyecta este país como receptor de nuevas inversiones deje bastante que desear.

A eso habrá que sumar las nuevas reuniones del eurogrupo y las nuevas medidas que tomará el BCE de cara a finales de año, cuando es posible que, para reforzar la valoración de la moneda comunitaria, deje de comprar deuda soberana.

Las medidas y recortes que han de ponerse en marcha siguen esperando que haya un gobierno que los pilote de forma que pueda contrarrestar sus efectos en las ya maltrechas economías familiares y empresariales. La incertidumbre desde los comicios de diciembre hacen que la credibilidad de España en los mercados no esté siendo la necesaria para poder sacar adelante una recuperación que parecía comenzar a dejarse ver en la calle.