Vie. Abr 19th, 2024

– Los padres deben hacer su papel de acompañar, supervisar y educar a sus hijos

VÍDEO: los clientes de Servimedia disponen de imágenes y sonido de estas declaraciones en el enlace https://servimedia.tv/TotalesCirculoAmistades

MADRID, 09 (SERVIMEDIA)

El doctor en Psicología y Ciencias de la Salud, Javier Urra, quien también fue el primer Defensor del Menor, subrayó que es fundamental que los niños y adolescentes tengan dos grupos de amigos: «Uno puede ser en la escuela y otro, perteneciente a otras actividades que tenga el menor» para evitar conflictos y aislamiento, entre otros problemas.

Así lo manifestó en un diálogo organizado por la Fundación Merck Salud que acogió la agencia de noticias Servimedia para presentar una nueva monografía de la Colección de Bioética y Derecho Sanitario, titulada ‘Salud del niño, del adolescente y del joven adulto’.

Urra explicó que «al tener dos grupos de amigos, si el menor se siente mal y señalado por su grupo de compañeros tiene otro de apoyo». «Está claro que para los chicos, sobre todo a la edad adolescente, el grupo de relación es más importante que el de pertenencia», resaltó.

En este sentido, destacó que «lo único que le importa a un chico de 15 años un viernes por la tarde es que le llamen porque quiere que le quieran. Si no es así, su vida no tiene mucho sentido y le supera el sufrimiento».

Además, el experto remarcó la importancia de que los menores conozcan también a los amigos de sus padres. «De esta forma, nosotros también podremos conocer a los suyos», indicó.

CONTROL DE AMIGOS

A este respecto, Javier Urra comentó que «sólo hay que entrar en conflicto cuando se sabe que tu hijo va con personas más mayores que él, que está consumiendo drogas o traficando o que ha entrado en una banda».

Quizás también te interese:  Los análisis alimentarios, claves para una buena salud social

De todos modos, para el director de EducaLike, Guillermo Cánovas Gaillemin, «no hay que tener miedo de ir a la confrontación, sobre todo no hay que esquivar los pequeños conflictos y discusiones de cada día». «Por ejemplo, si yo considero que tú con 14 o 16 años tienes que apagar el móvil y tienes que ir sin el móvil encendido a la cama, esto es innegociable».

Del mismo modo, añadió que, «ante cualquier problema que tenga un adolescente, como la adicción tecnológica, la familia debe acompañar, supervisar y educar porque si lo hacen es difícil que estos trastornos se lleguen a desarrollar».

Lo mismo ocurre cuando se trata de trastornos del comportamiento alimentario. La jefa de sección de Psiquiatría Infantil del Hospital Niño Jesús de Madrid, la doctora Mar Faya, señaló que si estos problemas de la alimentación se detectan de forma precoz, «se puede cambiar el curso de la enfermedad».

En cuanto al papel de los padres, añadió, «estos deben hablar con el chico o la chica para que sepan de su preocupación. Hay que brindarles ir juntos a un grupo de profesionales, ya que el adolescente no tendrá ninguna conciencia de tener una enfermedad. Ellos deben saber que son importantes y que los padres están preocupados».

PAPEL DE LA SOCIEDAD

Sin embargo, el director de Derecho Sanitario Asesores, Fernando Abellán-García, quien ha coordinado la monografía de la Fundación Merck Salud, defendió que «todo esto no es sólo tarea exclusiva de los padres o de los formadores, ya que también tienen que tomar conciencia de estos problemas los que tienen un altavoz en la sociedad y darse cuenta de que la infancia y la adolescencia son fases especialmente vulnerables».

Quizás también te interese:  Miñones: "Hay que garantizar a los ciudadanos europeos el acceso a medicamentos innovadores"

Y a esto agregó que tampoco hay que olvidar que «los propios padres también han caído en las nuevas tecnologías, ya que es muy común ver a una familia en su casa y cada miembro estar con su móvil».

Cánovas Gaillemin manifestó que «el ejemplo es lo que más va a contar sobre todo cuando son pequeños». «De hecho, un niño se desarrolla con el ejemplo de los que le rodean, sobre todo de sus padres cuando son pequeños».

De hecho, señaló que «en un estudio que hicimos en los colegios de toda España preguntamos a los niños que normas pondrían a sus padres respecto al uso de la tecnología. Su respuesta fue: prohibiría a mis padres contestar WhatsApp mientras conducen. Esta respuesta nos demuestra que los menores están pendientes de lo que hacen sus padres».