Vie. Abr 26th, 2024

Si hasta ahora estaba claro que los dictados de la bolsa neoyorquina eran los que podían mover de una forma más clara el resto de los mercados internacionales, hoy en día parece que la afirmación empieza a caer en desuso.

Debido a las estrictas normas que regulan la capital de Estados Unidos, y uniendo también conceptos como las normas de inmigración o los diferentes litigios, lo cierto es que la reina de los negocios ha ido cediendo importancia a la City londinense, pudiendo acaparar el trono próximamente si sigue la tendencia actual donde los datos demuestran que se ha convertido en un lugar atractivo para inversores y banca.

Esto es así, en gran medida, por las medidas del propio gobierno británico que ofrece una legislación mucho más flexible para poder hacer negocios en su territorio, algo que se suma, además, a unas normas financieras que no están sujetas a ninguna directriz de la zona Euro, pero que a la vez se beneficia de ella por formar parte de la Unión Europea.

Pese a los últimos años, donde empresas financieras e incluso la banca de ambos lados del océano han pasado por tener que incluir el riesgo derivado de la crisis dentro de sus balances financieros, lo cierto es que parece que con las nuevas medidas propuestas por la Reserva Federal y el Banco Central Europeo, así como en el caso de Londres con el Banco de Inglaterra, la mejoría podría empezar a verse de manera obvia durante los próximos meses.

Lo cierto es que según los observadores entre los que se encuentran Versus Wealth Management, aún no se puede hablar de un destrone real ya que aún con todas las situaciones anteriormente mencionadas, aún en Nueva York se encuentran algunas de las entidades con mayor índice bursátil del planeta.

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Además, a esto hay que sumar los nuevos escenarios que se prevé que vayan cogiendo fuerza ya que son centros financieros que van ascendiendo posiciones. Hablamos de Hong Kong, Singapur o Shangai, donde cada vez se realizan más operaciones y donde los inversores tienen los ojos puestos, entre otras cosas, por los datos de sus actividades manufactureras, que permiten un buen recorrido aún por conocer.

Esto, además, puede suponer un nuevo giro para la política económica y monetaria de las grandes potencias internacionales, que ven como se puede acabar descentralizando la influencia y dando pie a nuevos espacios de inversión que pueden abrir unas posibilidades únicas de cara al próximo año.

Eso no significa, aún así, que la corona de Londres o de Nueva York no tengan que hacer sus esfuerzos para conseguir no ceder sus posiciones y seguir reclutando operaciones de gran envergadura como hasta ahora.